28 mayo 2007

Aprender a usar la lengua: Implicaciones para la enseñanza

Isabel Solé


"Hablar de 'lengua" era hablar, finalmente, del conocimiento de sus aspectos estructurales y focales, de su análisis" Recien hacia los años 60 se le otorga un sentido más amplio a la lengua, y a la comunicación. Se plantean 4 habilidades lingüísticas: escuchar, escribir, leer y hablar. Estos procedimientos sirven para variadas cosas, cada una posee un fin último, poseen intencionalidad, y son autodirigidos y regulados. Al aprender estas habilidades podemos comenzar a comunicarnos con nuestro entorno y a ganar autonomía. También es importante señalar que estos 4 procesos son independientes por lo que poseen formas distintas de aprender y trabajar.
Aprender a utilzarlas implica aprender a dirigir y regular el proceso que utilizan, ya sea para leer, escuchar, hablar y/o leer, debemos ser capaces de de responder ciertas preguntas como:
  • ¿Qué pretendo decir, escuchar, leer o escribir? ¿Por qué?
  • ¿Qué sé acerca de ello? ¿Qué puedo aportar?
  • ¿Qué dificultades encuentro (para comprender o expresar)?
  • ¿Las puedo ir salvando?
  • ¿Qué es esencial para el objetivo (de comprensión/expresión)?
  • ¿Qué pretendo? ¿Qué es un detalle, una ejemplificación, una redundancia?
  • ¿Estoy consiguiendo mis propósitos? ¿Tengo que modificar mi actuación?

Dentro de las implicancias para su enseñanza es necesario que el aula sea un espacio adecuado donde cada niño pueda desarrollar, de la mejor forma posible, las habilidades ya mencionadas. Existen algunos parámetros para poder lograrlo:
  • Primer lugar: Tener en cuenta que, con frecuencia, las habilidades lingüísticas son más bien objeto de comprobación o de evaluación que de enseñanza propiamente dicha.
  • Segundo Lugar: Lo que caracteriza a una persona compete en el uso de las habilidades lingüísticas recae en la posinilidad que esta persona tiene de adaptar dichas habilidades a diversos propósitos y circunstancias.